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Diario de un Analista

viernes, agosto 20, 2004

Plan de "Calidad"

Hace unos días que le estoy dando vueltas a las normas de calidad ISO9001 de mi actual empresa y no dejo de sorprenderme. Quiero creer que la ISO ha hecho un buen trabajo y los que están equivocados son mis compañeros... porque realmente lo que menos tiene nuestro "estándar" de calidad es calidad.

El objetivo es generar una bolsa de documentos Word, muchos de ellos con solo unas líneas, que carecen completamente de elaboración o creación. Por el contrario, son más bien documentos de autómata, donde se reflejan cosas como listado de documentos, resumen de documentos externos al proyecto, acta de "revisión" (es un párrafo que dice "hemos revisado xxxxxxx el día tal y todo está ok"), etc etc.

De lo primero que me he quejado es el porqué elaborar estos documentos de forma manual si podrían realizarse mediante procesos automatizados.... somos informáticos y parecemos empleados públicos llenando papelitos. Lo bueno es que me dijeron que tengo razón y que soy bienvenido a proponer lo que me parezca mejor... o sea: "No queremos trabajar, mejor hacelo vos, eso te pasa por hablar". No me importa sinceramente, porque no pienso pasar horas de mi trabajo con esos documentos inútiles.

Otro punto que hecho en falta es el uso de herramientas. Me pregunto: ¿porqué teniendo al alcance de nuestra mano equipos informáticos poderosísimos sólo los utilizamos para reproducir lo que hacíamos antes: formularios en papel? Sinceramente me parece una actitud inmadura con respecto al avance tecnológico que aún sigamos usando las herramientas informáticas simplemente para escribir documentos.

He visto una serie de herramientas que permiten gestionar la calidad del desarrollo de software de una forma un poco mas elegante, aunque aún muchas de esas soluciones sólo cubren una parte del trabajo. Quizás sea necesario convencer a muchos de que un registro en una base de datos es tan válido como un acta impresa en una hoja A4. Incluso es mucho mejor el registro en base de datos porque se puede resguardar, proteger de intrusos, evitar que se dañe por efectos externos, consultar en cualquier momento y desde cualquier lugar, por más de una persona a la vez... en fin, lo que ya todos sabrán.

¿Será acaso que sólo confiamos en un papel impreso? ¿Tan estructurados somos?

Saludos,
El Analista

lunes, agosto 09, 2004

Ganarse la autoridad

Después de haber dado vueltas por algunos clientes finalmente puedo volver a mi rutina y seguir con mis artículos en este blog. Pido disculpas por haber estado fuera casi toda la semana pasada y la anterior...

Bueno, a lo que iba, ganarse la autoridad. En la facultad (hace unos cuantos años ya) me enseñaron que hay dos tipos de autoridad: la impuesta y la merecida o ganada. La impuesta es la típica: cuando alguien es nombrado jefe, implícitamente le dan la autoridad sobre sus personas a cargo. Este tipo de autoridad es la que abunda.... desafortunadamente...

A mí me interesa la otra. La autoridad merecida, obtenida, ganada o como quieran llamarle. Es esa autoridad que una persona se gana a base de ser serio, honesto, responsable, sabio. No sólo en el trabajo una persona se gana la autoridad de otros, sino también fuera, con sus actitudes de todos los días. Esa autoridad ganada lleva mucho de carisma también, pero olvidemos el carisma y centrémonos en la autoridad. Al tomar una decisión, aunque muchos jefes no lo crean así, es necesario que las personas que están por debajo en la jerarquía estén convencidos de que es la decisión correcta. Ese convencimiento no sólo viene dado por el hecho de que la decisión que se ha tomado fue buena sino que la persona que lo ha decidido tiene la autoridad suficiente y necesaria. Muchas veces, nuestros jefes toman decisiones que no entendemos. Eso no es malo porque todos sabemos que nuestros jefes conocen otros indicadores que los ayudan a tomar esas decisiones y esos indicadores no tienen porqué ser conocidos por nosotros. Ahora bien, nuestros jefes necesitan nuestro apoyo para que esas decisiones lleguen a buen puerto. ¿Cómo vamos a apoyar una decisión que no somos capaces de tomar? Ahí es donde entra la autoridad "ganada". Si nuestro jefe es serio, honesto y responsable, no dudaremos ni por un instante en apoyar su decisión, aunque se equivoque. Estaremos ahí para tirar todos juntos del carro y ayudar a que la decisión llegue a buen puerto.

¿Obvio? Sí, claro que es obvio. Si bien todo esto se cae de maduro, mis jefes no cuentan con el apoyo de sus empleados. Por el contrario, cada decisión que toman suena a tontería, que no saben lo que dicen, ni porqué lo dicen... A veces es así, no tienen idea de la decisión que están tomando, pero otras es la decisión correcta y sin embargo esa decisión no es bien acogida. Es como la fábula, si todas las veces dicen una mentira, cuando digan la verdad no les creeremos...

Cuando una empresa nombra un jefe debe tener esto en cuenta. Debe tenerlo en cuenta porque los resultados de sus objetivos están directamente relacionados con su capacidad de dirigir personas y tomar decisiones que sean apoyadas por todo el equipo. Pocas veces he visto un nombramiento a conciencia en este sentido.

Por lo que a mí respecta, yo intento ser una persona "estable" a la hora de tomar decisiones. Siempre intento que todos entiendan el porqué, y cuando hay detalles que no puedo compartir con todos, pido confianza. También me hago cargo de mis errores y nunca permito que mis equivocaciones salpiquen a aquellos que no tienen culpa ni responsabilidad. A veces no lo logro, pero poco a poco voy mejorando. Ojalá mis jefes intentaran todos los días mejorar este aspecto. Creo que no se dan cuenta de lo importante que es su función y cuánto influye en la moral del equipo de trabajo. No entiendo porqué siempre se ignora el estado de ánimo de las personas en lugar de ligarlo íntimamente al resultado del trabajo.

Saludos,
El Analista

lunes, agosto 02, 2004

Una semana...

... ha pasado desde mi último post. Mejor dicho, estuve una semana completa sin publicar nada. No es que no pasó nada interesante en esos días, es que no tenía ganas. Estuve pasando por unos días que no tenía ganas de nada.

Hoy vuelvo sobre un tema repetido y conocido por todos: los jefes hablan y la cagan. Perdón por el vocabulario, pero es la mejor descripción que encuentro. El caso que hoy voy a contar es uno entre muchos que mi jefe va diciendo por ahí. Esta vez le dijo a un jefe de proyecto: "Bueno, ¿te vas de la empresa o que?"... A mi jefe se le cruzó por la cabeza que este pibe se va a pirar de la empresa. No está muy lejos de la realidad porque realmente está hasta los mismísimos de tanta porquería (por no decir mierda, que queda feo). Pero hay frases que uno se debe callar ¿verdad? Si un empleado clave (en este caso lo es) no está cómodo en la empresa y el jefe lo percibe, creo que lo peor que se le puede decir es eso... porque es como incitarlo a que se vaya.

Hay maneras y maneras de gestionar a la gente, pero este es un claro ejemplo de cómo no hacerlo.

Saludos,
El Analista

viernes, julio 23, 2004

Misión: "Levantar la moral"

"Ánimo, hay que animarse" fue la frase de nuestro jefe para levantar la moral del equipo en una reunión hace unos días. Y yo que pensaba que dirigir una empresa era difícil... La clave era decir las palabras justas: "Ánimo".

Voy a plantear mi segunda teoría sobre los jefes: Tienen el complejo de los pescados y el vino. Esta teoría sostiene que los jefes creen que mediante sus palabras pueden producir los mismos efectos que Jesús en la afamada parábola donde multiplicó los alimentos. Al decir "ánimo" este hombre habrá creido que podía producir el efecto por arte de magia o de forma milagrosa. Es una pena que el resto de la gente tenga otros dioses porque se sintieron menospreciados. Uno tiene la esperanza de que la gestión de los recursos humanos sea un tema serio y delicado, que se cuide como debe ser, en definitiva es el capital más importante de una empresa de servicios informáticos. Siempre vale más un gesto que mil palabras, hay que predicar con el ejemplo en todos los ordenes de la vida, ¿o no?

Los jefes parecen no entender lo importante que es el estado de ánimo de una persona para sus resultados. Es fundamental. Si yo estoy contento, trabajo más y mejor, llevo una actitud positiva y hasta puedo contagiar al resto para que se animen y mejore el clima de trabajo. Hasta la tontería más insignificante puede producir un efecto negativo o positivo dependiendo de cómo se trate. Gestionar personas no es una tarea fácil, es de las más complicadas, y esta gente no sólo lo hace mal sino que pareciera que eligen la peor opción siempre.

Yo todavía estoy sorprendido. Hay muchos estudios científicos sobre estos temas, sin mencionar la cantidad de libros escritos al respecto comenzando por el viejo y querido "Peopleware". Sin embargo, casi todos los jefes que he tenido en mi vida laboral ignoraban (y en algunos casos despreciaban) esos conceptos.

Creo que el entorno de trabajo es un elemento muy importante que se debe cuidar al máximo detalle. En mi opinión es muy fácil, sólo requiere


  • respeto

  • flexibilidad

  • dedicación



Respeto porque siempre se debe tener mucho respeto hacia los demás, tanto los responsables como los miembros de un equipo. El respeto es la base para toda relación, no sólo de trabajo.

Flexibilidad en las situaciones cotidianas. Exigir puntualidad exacta todos los días del año no es sano para este trabajo. En mi rama de la informática se trabaja por proyectos, es decir, con un objetivo puntual a entregar en una fecha puntual. El ritmo de trabajo se debe adaptar a esa filosofía.

Dedicación por parte de los jefes a temas relacionados con todo aquello que rodea al trabajo en sí, como ser el lugar físico de trabajo, apoyar al equipo en todas las decisiones, demostrar que ante un problema todos nos haremos cargo para solucionarlo juntos, responder a las inquietudes, estar siempre disponible para intercambiar opiniones, aceptar las críticas e intentar solucionarlas.

Quizá todo esto es un poco utópico, pero yo sostengo que es posible.

Saludos,
El Analista
(y JFP: jefe de proyecto en funciones... es que el jefe del proyecto esta de vacaciones...)

jueves, julio 22, 2004

Educar al cliente

Este tema da para mucho pero para no aburrir me voy a remitir a un claro ejemplo de cliente mal educado.

El cliente "nos da de comer" básicamente y por ello entiendo que debemos brindarle el mejor servicio posible cargado de profesionalidad y ética laboral, pero ¿qué pasa cuando por culpa del cliente esa calidad de la que tanto nos orgullecemos comienza a decaer?

Yo estoy convencido de que una de nuestras responsabilidades como informáticos es la de crear soluciones con calidad por sobre todas las cosas. Es decir, si un cliente (producto de su desconocimiento, naturalmente) intenta guiar el tema por un camino equivocado, es nuestro deber y responsabilidad señalar esos desvíos y corregir el rumbo para brindar un producto serio, profesional, de calidad.

¿A que suena obvio? Pues para mis jefes no es tan obvio, ojo. Resulta que su opinión es que si el cliente pide lo que sea, se le da lo que sea, incluso si es negativo para el resultado económico del proyecto.... siempre habrá oportunidad de recuperar el dinero perdido... Un claro ejemplo de esto se puede ver en "Si el cliente...". Y así estamos a diario.

El caso que nos ocupa hoy es aplicable porque el pasado Lunes el cliente nos exigió que debíamos comenzar una etapa de pruebas (completamente fuera de planning) y para ello requería que entreguemos una versión estable del producto. Por supuesto, el mismo Lunes por la mañana entregamos lo que pudimos. A las 2 horas aproximadamente nos dijeron que debían posponer toda actividad para dedicarse a otro tema que había surgido, urgente, y que reanudarían sus tareas normales el Jueves... (hoy). No sé si habrán reanudado sus tareas pero además de mutilarnos el plan que traíamos por meter una prueba incomprensible, luego lo volvieron a estropear cancelando todo 2 horas después de haberlo comenzado...

En fin, si hay que bajarse los pantalones los bajamos, que para eso estamos.

Saludos,
Al Analista

miércoles, julio 21, 2004

Ha concluido tu proyecto

Ayer ha pasado algo de lo más patético. Una persona del equipo se quejó por el problema del horario al director y pidió que se le comunique de forma oficial (por escrito) cuál era su cliente y su horario. Unas dos horas más tarde, Recursos Humanos se puso en contacto con esta persona para informarle que ya no estaba asignada al proyecto y que debía volver a las instalaciones de la empresa a la espera de una nueva asignación... y que ya hablaría con ella el director de RRHH.

El ánimo del resto del equipo sufrió un profundo bajón, aún si más era posible. Yo entiendo que si la empresa tiene un problema con alguien decida intentar reubicarla, pero lo que me parece una auténtica estupidez es la forma en que se hacen las cosas. Hubiera sido mucho mejor que el que tomó la decisión (el director a quien se quejó) se comunique para hablar del tema e informarle que veía mejor reubicarla. Todos entenderíamos perfectamente y nadie se molestaría pero ahora el resto de la gente se siente amenazada. La primer conclusión fue "o sea que no me puedo quejar porque me echan"...

Qué falta de tacto directivo. Yo no sé hasta donde va a llegar esto.

Saludos,
El Analista

lunes, julio 19, 2004

La gente tiene que entender

Hoy he tenido una conversación de lo más curiosa con mi jefe. Era necesario establecer el modo de trabajo a seguir para poder mantener un grupo de personas en las dependencias del cliente y el resto del equipo en las oficina de la empresa. El problema vino a raíz de que los horarios no son los mismos y en las dependencias del cliente se debe trabajar 4 horas más que las personas que trabajarán en las oficinas.

Mientras intentábamos encontrar la "mejor" solución (va entre comillas porque mejor para mí está muy lejos de lo que significa mejor para mi jefe) le comenté que la empresa podía solucionar la diferencia compensando con un día libre a la gente que tuviera que hacer esas horas extras. Tan sólo es necesario un día porque realmente en total se harán 8 horas extra. Me sorprendí al oír de mi jefe que eso no iba a ocurrir. No se compensará nada. Su argumento es que hay mucha gente en situaciones similares o peores y que la gente "tiene que entender" que a veces hay que aguantarse las condiciones del cliente.

Yo me pregunto: ¿y las condiciones del contrato qué? Porque yo he firmado un contrato que pone claramente "40 horas semanales"... ¿esas condiciones no hay que cumplirlas? Yo debo entender al cliente, claro, y a mi ¿quién me entiende? Porque estoy seguro de que la comprensión no será la misma cuando yo diga: "necesito 3 días porque me voy a visitar a mi hermana al campo"... Ahí sí que deberé respetar el contrato y cumplir con mi responsabilidad para con la empresa.

Por unas simples 8 horas, que a la empresa no le cuesta nada decir "no vengas un día para recuperarlo", está todo el equipo quemadísimo y la mayoría buscando ya otro trabajo para huir de aquí. ¿Cómo pueden pretender "lealtad" a la empresa si nunca te apoyan y menos aún te comprenden?

Y después se preguntan porqué hay rotación de personal....

Saludos,
El Analista