"Si el cliente me pide tu cabeza, la tendrá"
Vaya frase... Es una de esas que personalmente no me gustaría oír, menos de la boca de mi jefe, pero es real. No me la han dicho a mí, pero sí a un colega mío. Hasta dónde hemos llegado... Como decía un lector que comentó en uno de mis posts anteriores "por guita baila el mono". Lo que me asusta es que en este caso en particular no sé si es por guita. Estoy empezando a creer que los directivos son capaces de vender tu cuerpo al cliente incluso por "política" y no sólo dinero. El "proxenetismo informático", como me decía mi colega. Hemos llegado al punto de vender a la gente como sea y para lo que sea. Da igual la profesionalidad, la capacidad de trabajo, la responsabilidad o la ética de la persona, sólo importa lo que diga "el cliente".
Yo recuerdo que hace algunos años muchos empresarios y ejecutivos de pequeñas y grandes empresas tenían por objetivo no sólo ganar dinero, sino también dejar huella en esta sociedad proveyendo un producto o servicio que mejorase la calidad de vida de sus clientes y potenciales usuarios. A día de hoy podríamos considerar a dichas personas casi hidalgos, una especie en extinción, devorados por la rabiosa histeria de acumular dinero a cualquier precio. Yo me pregunto, ¿acaso no se dan cuenta de que en el desarrollo de software lo que más vale son las personas? Sin esas personas la empresa no produce nada. No es como una fábrica de coches en donde los robots que sueldan piezas son fundamentales para la producción de vehículos.... aquí si no hay gente buena, no hay software bueno. Así de claro. ¿O estoy equivocado?
A mi entender cuesta muy poco generar un buen ambiente de trabajo y brindar a los empleados beneficios que incentiven el buen ritmo de trabajo sin necesidad de esfuerzos incomprensibles. Lo dije en alguna oportunidad, la gente suele tener muy buenas ideas y como mejor trabaja es cuando se siente no sólo implicada sino también considerada. Si no se tiene en cuenta el ánimo de la persona y se la tiene a disgusto, ésta adoptará una postura de "yo hago lo que me dicen y punto....". Señores directivos, eso es un error, y grave.
Volviendo al tema de este artículo, lo que quiero dejar claro es que, entre todas las falencias, la peor a mi entender es no apoyar a los suyos. Decirle una cosa así a un jefe de proyecto (en este caso) es demostrarle que no estás dispuesto a responder por él, y eso es la muerte de la relación jefe-empleado.
Saludos,
El Analista



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